Una experiència traumàtica
El error de llorar ante un médico
Carme Grau (Sant Feliu de Llobregat)
Fue inevitable, después de leer el artículo
de Ángeles Caso del 8 de febrero, no
recordar la traumática experiencia que
viví gracias a un grupo de médicos.
Después de una dura infancia y adolescen-
cia, a los 24 años salí de casa sin la carrera
acabada y con los bolsillos vacíos. Me
esforzé, terminé Derecho, aprobé Integra-
ción Social e inicié Trabajo Social. Vivía sola
y tenía un empleo. Debido al estrés, un día
no se me ocurrió otra cosa que llorar
delante de mi médico, craso error. De ahí,
me visitó un joven psiquiatra que sin ni tan
siquiera una hora y media de visita me dijo que
sufría una enfermedad crónica y que
necesitaba medicarme todos los días el
resto de mi vida. Hoy, después de pasar un
calvario, con internamiento psiquiátrico y
pérdida de mis facultades motoras debido a
la medicación, y sin tomar pastillas, estoy
fija en una empresa, me he sacado el título
de monitora de aerobic y pilates y tengo la
ilusión de empezar por tercera vez en la
universidad. Pero esta vez, con la lección
aprendida: no llorarás nunca delante de un
médico.
Magazine (22/02/09). Edició impresa.
Comentaris
Plores o deixes veure les teves debilitats davant un metge (o pitjor, davant d'u que tot ho relaciona amb carències o traumes del passat), i ja eres un cas clinic per a tractar i medicar...