Autoexhibició


Los medios han inoculado el hambre en millones de simples mortales y la inflan cada vez más. El hambre general por la autoexhibición es cada vez mayor. Millones de glotones anónimos quizá no aparecen tanto en los titulares de los periódicos o en los programas de más audiencia como Paris (Hilton) y Putin, pero han encontrado sus propios medios, los teléfonos móviles, internet, los blogs, las páginas web, los foros en la red, los programas de televisión en los que actúan como los "gladiadores" de nuestro tiempo. [...].

La paradoja es que cuanto más comemos, más hambre tenemos. Cuantas más posibilidades tenemos para escribir nuestro nombre en el mapa del mundo, más grande es el miedo a desparecer. Cuantas más huellas de la propia existencia dejamos, más deprisa se borran. Cuantos más libros publicamos, más rápidamente se olvidan; cuantas más películas vemos, menos podemos recordar uno solo de sus títulos.

Dubravka Ugresic
No hay nadie en casa, pàgs. 274-275.

Comentaris

Clidice ha dit…
Quan van enderrocar l'antic restaurant de Sant Joan, a Montserrat, vaig pujar a veure-ho. En un nínxol de la paret, que havia estat cobert durant anys i panys per l'edificació hi vaig poder llegir un grafit del segle XVIII, amb llapis. Algú deixava dit que havia passat per allí. No ens en podem estar, penso jo i, és clar, cadascú ho fa amb el seu tarannà, més o menys monstruós ;)
Ja hem vist que l'afany exhibicionista d'alguns, se'ls gira en contra i els destrossa la vida... és una llaminadura molt perillosa, la fama.

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