Científics "fantasma"
"La publicación científica en psiquiatría se vale de otra práctica acostumbrada en medicina y que seguramente sorprenderá a investigadores de otros campos, en particular de la psicología clínica, dada la afinidad temática. Se trata de la escritura fantasma y de las agencias de comunicación, denunciadas por Healy.
Otra nueva bestia en la jungla psicofarmacológica es la agencia de comunicación o de escritura médica, a menudo perteneciente a una o dos personas, con formación en medicina o en una ciencia relacionada, que trabajan estrechamente con una o dos compañías farmacéuticas. Esencialmente, han llegado a ser las divisiones de comunicación externa de las principales compañías.
Estas agencias, al menos la Current Medical Directions (CMD), pueden escribir tantos estudios, artículos de revisión, resúmenes, suplementos, monográficos, comentarios de experto, capítulos de libros como llevar a cabo metaanálisis, organizar suplementos de revistas, simposios vía satélite, conferencias de consenso e, incluso, mesas consultivas para sus clientes. Así, por ejemplo, en el curso de 1998, la CMD, por encargo de Pfizer, coordinó la autoría de unos ochenta y siete artículos sobre Zoloft, de los cuales cincuenta y cinco fueron publicados a principios de 2001, incluyendo las principales revistas.
Las compañías pueden sacar contratos para publicar, por ejemplo, veinticinco artículos en las principales revistas con autores de renombre, y esperar la mejor oferta de estas agencias. El caso es que los escritos de la agencia no desdicen del estilo y referencias de los propios autores (supuesto que, al menos, algunos de sus trabajos anteriores habrían sido propios).
Una conclusión obvia es que en este proceso el lenguaje psiquiátrico debe necesariamente haber sido reducido al nivel de la National Enquirer psiquiátrica, y de ahí, en la mayoría de estos suplementos de la revista es muy difícil encontrar algo que no sea simplemente un refrito de material repetidamente presentado en otros lugares.
Se excusa decir que el mensaje de estos trabajos que hace una agencia para autores que al final asienten y firman no va en contra de los intereses de la compañía que los ha contratado.
Otra variante de este proceso consiste en preparar por parte de las compañías los datos de los ensayos clínicos para los autores de la investigación. Según estén tabulados, el significado de los datos ya viene establecido. Así, por ejemplo, en ensayos sobre antidepresivos SSRI, pacientes que abandonan con agitación pueden ser codificados como falta de respuesta al tratamiento. En los ensayos clínicos de psicofármacos no es la norma que los autores principales inspeccionen ellos mismos los datos. De hecho, no sería la primera vez que los investigadores se encuentran ya con el "borrador" definitivo del estudio. Este hecho no impide que los estudios en los que participan terminen publicados en las revistas más distinguidas del campo, incluyendo Archives of Psychiatry, American Journal of Psychiatry, Jorunal of the American Medical Association o New England Journal of Medicine.
Ciertamente, no faltan figuras señeras que no aceptan escritos fantasma, si bien encuentran aceptable que su intervención en un simposio sea transcrita y publicada a la par que la de otros participantes cuyo contenido está completamente dictado por la compañía. La presencia de estas figuras "honorables" da barniz de respetabilidad a los otros.
Todo parece indicar, según denuncia Healy, que muy pronto alrededor de del cincuenta por ciento de la literatura "científica" en farmacoterapia sea escritura fantasma, originada dentro de las compañías y publicada sin revisión (por revisores independientes) en suplementos de las revistas. Cabría pensar, pues, que muchas de las figuras señeras en el campo sean en realidad científicos "fantasma". Esto demostraría que no hay garantía que la publicación incluso en las revistas más prestigiosas signifique que los resultados reflejen adecuadamente los datos de los ensayos clínicos."
Héctor González Pardo
Marino Pérez Álvarez
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