Tracta'm bé!
¡Trátame bien!
Lilia González. L’Hospitalet de Llobregat.
Lilia González. L’Hospitalet de Llobregat.
Resulta alarmante la falta de respeto, la soberbia y la petulancia que es posible observar en el curso de la vida cotidiana. En un mundo convulsionado como en el que estamos estos ingredientes resultan letales. Desde los cuatro puntos cardinales recibimos maltrato, violencia y la descarga emocional de quienes quieren utilizarnos como a psicoanalistas o cables de descarga a tierra. ¿Alguien puede decir qué es lo que está sucediendo en la especie humana? ¿Quizás se trate de alguna especie de pandemia de grave contagio, imposible de controlar?. Quienes trabajamos de cara al público recibimos la descarga de las frustraciones de aquellos clientes insatisfechos que nos bombardean con sus dardos cargados de insolencia, vulgaridad, impertinencia e intemperancia. Si nuestro puesto de trabajo se ubica en atención al cliente, estamos perdidos y acabamos recibiendo insultos y malos tratos. Si miramos las noticias desde los atriles de destacados personajes políticos también recibimos clases gratuitas de arrogancia, mala educación y violencia psicológica. Los jóvenes caminan por la vida avasallando todo a su paso, con total desparpajo y temeridad. Valores morales y educación, como la recibimos de nuestros mayores, han pasado a mejor vida, olvidados en el polvoriento baúl de los recuerdos. ¿Qué hemos hecho con nuestros hijos? Crecimos bajo el estigma del respeto y la severidad de una educación estricta que nos anulaba sólo con una mirada. Ansiábamos ocupar esos puestos privilegiados para demostrar que nuestros hijos crecerían un día bajo un cielo más justo y más liberal, más arropados con padres-amigo. Hemos sido tan permisivos que seguramente ya no podremos dar marcha atrás.
Pero... ¿cómo es posible enseñarles a nuestros hijos respeto, educación, sensibilidad si a diario hasta en un divertido y alegre concurso de música como es, por ejemplo, OT presenciamos la desagradable y degradante actuación de un señor que dice ser crítico musical (Mejide) y, que, además, hace un uso abusivo de la notoriedad del programa destilando su veneno interior hacia los concursantes? Quizá todo ello sea motivado por la envidia o por la mala educación que ha recibido, aunque no es tan jovenzuelo como para haber crecido en los albores de esta generación. Si la televisión, profesores y padres modernos damos un ejemplo erróneo ¿qué futuro estamos sembrando? ¡Para pensarlo! ¿o me equivoco? ¡Trátame bien, no más maltrato ni mentiras, ni mala educación, ni violencia gratuita! Sería ciertamente un buen eslogan para el terrible punto negro que más víctimas colecciona.
Carta publicada a La Vanguardia el 22/07/2009
Pero... ¿cómo es posible enseñarles a nuestros hijos respeto, educación, sensibilidad si a diario hasta en un divertido y alegre concurso de música como es, por ejemplo, OT presenciamos la desagradable y degradante actuación de un señor que dice ser crítico musical (Mejide) y, que, además, hace un uso abusivo de la notoriedad del programa destilando su veneno interior hacia los concursantes? Quizá todo ello sea motivado por la envidia o por la mala educación que ha recibido, aunque no es tan jovenzuelo como para haber crecido en los albores de esta generación. Si la televisión, profesores y padres modernos damos un ejemplo erróneo ¿qué futuro estamos sembrando? ¡Para pensarlo! ¿o me equivoco? ¡Trátame bien, no más maltrato ni mentiras, ni mala educación, ni violencia gratuita! Sería ciertamente un buen eslogan para el terrible punto negro que más víctimas colecciona.
Carta publicada a La Vanguardia el 22/07/2009
Comentaris
El que no puc entendre es que tot el sant dia li fagin entrevistes, publiqui llibres... es un impresentable!
MartaO.
Els qui el consumeixen s'ho haurien de fer mirar, això segur.
Un problema molt greu de salut pública, del qual som tots una mica responsables i que els mitjans de comunicació alimenten en gran mesura.
Clara, aquest any m´he tret 8 de 8 asignatures de psico... estic molt content per aprobar-ho tot però més per tot el que he après!
Ens veure'm per aqui!
David